Pablo Cuevas supo llegar a segunda ronda en Wimbledon, en Roland Garros y en el US Open. Quiere decir que, en esos Grand Slams, ha ganado por lo menos un partido en lo que va de su carrera.

Le falta el Australian Open, la piedra en el zapato. Lo jugó en el 2010, pero Feliciano López lo sacó de entrada. Volvió a estar al año siguiente, pero esa vez su verdugo fue Frederico Gil.

Cuatro años después, en el 2015, fue por su tercera oportunidad. Mucho más maduro, con dos títulos ATP encima y ostentando su mejor ranking histórico (29º), el uruguayo tenía todo para sacarse la espina.

Su rival era Matthias Bachinger, un alemán de 27 años, 142º del ranking y proveniente de la qualy. Cuevas partía como favorito en el duelo, pero no se le pudo dar.

El primer set fue tan parejo que se fue a tiebreak, donde Bachinger metió un 7-1 y lo liquidó con contundencia. A partir de ahí, la superioridad del alemán fue en aumento y se llevó los dos sets siguientes con creciente diferencia. Resultado final: 7-6 6-3 6-1.

Ahora a Cuevas, eliminado en singles, solo le queda su participación en dobles. En pareja con el español David Marrero, enfrentará en primera ronda al inglés Jonathan Marray y el ucraniano Sergiy Stakhovsky.