Cuatro años después de ganar en Maracaná, con Uruguay ya clasificado por ser campeón, Obdulio Varela, a sus 37 años, viajaba a Suiza a una nueva cita mundialista. La primera ronda no presentó dificultades para los celestes, que con dos victorias (frente a Checoslovaquia y Escocia) clasificaron a la segunda ronda.

En segunda ronda el partido contra Inglaterra pasó a la historia por ser el último partido mundialista de Obdulio. Cerca de finalizar el primer tiempo, Obdulio remató de afuera del área y anotó el 2 - 1 parcial a favor de Uruguay. Pero mientras festejaba el gol sufrió un desgarró en la pierna derecha y quedó descartado para el resto del torneo.

Obdulio había llegado muy justo físicamente al Mundial anterior, en el cual no solo se creía que iban a ser sus últimos partidos, sino que fue vital cómo lo cuidó el técnico Juan López buscando no forzarlo en amistosos previos ni en entrenamientos.

En esa época no habían cambios, por lo cual Obdulio, en el partido ante Inglaterra, debidó trocar posiciones con Schiaffino y pasó a jugar en una punta los restantes 45 minutos.

El cambio le vino bárbaro a Schiaffino, que deleitó al público con su técnica y elegancia para jugar. Además convirtió el tercer gol, en un partido que finalmente terminó 4 - 2 para Uruguay.

Tres días después, sin Obdulio Varela, Uruguay enfrentó a Hungria en semifinales y perdió 2 - 4. Fue la primer derrota mundialista en la historia de Uruguay, ya que había terminado invicto en 1930 y 1950, y no participó en 1934 y 1938.

La leyenda nacía. Obdulio se retiraba de los Mundiales invicto (5 victorias y un empate) y con una copa abajo del brazo.