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Hoy, en la cuenta regresiva para el Mundial, recordamos la expulsión de Zidane en la final de Alemania 2006.

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Foto: cancha.typepad.com
Mas allá que no fue campeón, el Mundial de Alemania 2006 será recordado como el de la consagración definitiva de Zinedine Zidane a ese selecto grupo de jugadores que lograron marcar una época.

Es que el francés, que dijo que ese torneo iba a ser el último que iba a disputar en su carrera, fue elegido como mejor jugador del Mundial.

Luego de vencer a España, Brasil y Portugal en la fase final, la selección francesa llegaba bien a la final contra Italia. La cosa pintaba aún mejor cuando el propio Zinedine Zidane anotó un gol de penal, picando la pelota, y poniendo en ventaja 1 - 0 a Francia.

La alegría duraría poco ya que Materazzi marcó el empate 1 - 1 para Italia y sembró la incertidumbre en Alemania.

Ese empate se mantuvo hasta el fin del segundo tiempo, por lo que se tuvo que disputar una prórroga. A falta de diez minutos para llegar a los penales, los autores de los goles de ambos equipos tuvieron un cruce de palabras que provocó una reacción violenta del francés, que cabeceó al italiano.

A pesar que la jugada sucedió con mucha rapidez, y que el juez estaba lejos, el argentino Horacio Elizondo expulsó a Zidane.

El juez luego contó lo que pasó: "Cuando Materazzi cayó al suelo, el balón estaba en el otro lado del campo y yo estaba siguiendo el juego. (..) Le pregunté a los jueces de línea si habían visto algo". Pero ninguno había visto nada.

"Estaba claro que algo había pasado, pero yo no lo había visto. Y ahí escuché la voz de Luis Medina Cantalejo (el cuarto árbitro) en mis auriculares: ‘Horacio, Horacio, yo lo he visto. Ha sido un cabezazo muy violento de Zidane a Materazzi, justo en el pecho".

La leyenda urbana que se instaló es que el juez decidió expulsar al jugador francés por lo que vio en una de las pantallas del estadio, que repitieron la jugada. En estas declaraciones el argentino no lo niega, pero tampoco da lugar a que sean ciertas.

Por otro lado, Zidane también dio su versión: "Él (Materazzi) me tiraba de la camiseta y yo le dije que parara y que si la quería que esperara al final del partido. Entonces él me dijo palabras muy duras que repitió varias veces, palabras que me afectaron mucho sobre mi hermana y mi madre".

Agregó, a su vez, que prefería recibir un golpe en la cara antes de recibir esos insultos, y aclaró que no existe por su parte ningún arrepentimiento, asumiendo que aceptaría que su rival actuara de la misma forma si él fuera el ofensor.

Con la expulsión de Zidane, capitán del equipo, Francia terminó siendo un manojo de nervios. Trezeguet erró su penal, y la selección de Italia no perdonó: anotó los cinco y se coronó campeón del mundo.