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Hoy, en la cuenta regresiva para el Mundial, recordamos el duelo entre Uruguay y Argentina en México 1986.

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Aunque les cuesta mucho aceptarlo, Uruguay ha sido una especie de bestia negra para los argentinos. No solo le ha ganado las dos finales del mundo que han disputado (en 1928 y 1930), sino que es el único que le ganó Copas Américas en su casa.

Estos datos no eran menores cuando en México 86 se cruzaron en octavos de final. Los argentinos, que habían hecho una gran primera fase, encontraban en un Maradona inspirado la solución a todos sus problemas.

Pero mientras los albicelestes eran una de las sensaciones de ese Mundial, Uruguay era el centro de todas las polémicas, ya que su juego era tildado de "muy fuerte" y había sufrido una multa por comportamiento indebido ante Escocia y Alemania Federal.

En el partido ante los escoceses, en un hecho inédito, un jugador uruguayo ("Charly" Batista) fue expulsado antes que se cumpliera un minuto de juego.

Como dato anécdotico que le agregaba emoción al partido contra Argentina, los dos mejores jugadores de Uruguay (Enzo Francescoli y Antonio Alzamendi) eran figuras en el fútbol argentino, lo cual intimidaba un poco al público de aquel país.

El partido fue trabado, y aunque Maradona se lució haciendo jugar a Argentina a su ritmo, tuvo la mala suerte de no poder concretar las oportunidades de gol.

El resultado se abrió en una jugada entreverada, que quedó para el recuerdo por el intento de despeje de Eduardo Acevedo que terminó en los pies de Pasculli, quien anotó el 1 - 0 para los albicelestes.

El DT uruguayo, Omar Borrás, tardó en tirar el equipo hacia adelante y mantuvo el esquema durante casi todo el segundo tiempo. A falta de veinte minutos decidió buscar el empate, y sacó a Acevedo para darle entrada por primera vez en el Mundial a Ruben Paz.

El jugador le cambió la cara al equipo y Uruguay estuvo cerca del empate, pero no lo logró y Argentina pasó a cuartos de final, donde enfrentó a Inglaterra.

Un año después estos dos equipos volvieron a verse las caras por la Copa América, y Uruguay eliminó a Argentina con gol de Alzamendi. La historia se repitió en la Copa América de 1989, cuando Uruguay volvió a ganarle a sus vecinos con dos goles de Ruben Sosa.