Oliver Kahn tuvo un Mundial de ensueño en Corea-Japón 2002. El golero fue el líder de una Alemania sólida en defensa, que cerró el arco en la fase final y permitió a los germanos llegar a la final.

Enfrente tenian a la siempre difícil Brasil, que se apuntaba a ganar su quinto título en estas competiciones, forjado bajo la base de un muy fuerte Ronaldo, acompañado por figuras como Ronaldinho y Rivaldo.

Como era esperado, el partido fue parejo. Mantenido el cero en ambos arcos, parecía que ninguno de los dos equipos podría sacar una distancia, pero el destino fue un poco trágico y preparó una "broma pesada" al golero alemán.

A mediados del segundo tiempo, un tiro débil y fácil de controlar de Rivaldo no fue atrapado totalmente por Oliver Kahn, que dio rebote y permitió que Ronaldo definiera con el arco servido a su favor. Con un error de su mejor jugador, a Alemania se le ponía cuesta arriba la final.

El golpe fue muy duro, y permitió a Brasil pasar a controlar el partido a su gusto. Un poco más de diez minutos después del primer gol, llegó el segundo. Kléberson desbordó por la derecha y la pasó al medio para Ronaldo, que definió y volvió a dejar sin nada a Kahn.

Con la segunda anotación se definió totalmente el partido, ya que Alemania quedó totalmente noqueada y sin reacción. Ronaldo salía como claro ganador del duelo frente a Kahn y como figura clara del Brasil campeón, ya que termincó como máximo artillero del Mundial con 8 goles.

Era una revancha para el delantero, que luego de Francia 98 había vivido un infierno con dos lesiones muy importantes que lo habían dejado al margen de las canchas por mas de dos años, alimentando rumores de que jamás iba a poder volver a jugar.

Días después, se votó el premio al Balón de Oro, y quien lo ganó fue Oliver Kahn. El arquero declaró: "Mi único error en esta Copa del Mundo ha tenido un castigo brutal". Al igual que Barbosa, quedaría marcado para la historia.