Paraguay llegó a Sudáfrica 2010 con la intención de ser la sorpresa, y por momentos le calzó bien ese traje. Pasó adelante en un grupo complicado donde Italia quedó eliminada. Venció en octavos de final a Japón en un duro encuentro que terminó siendo definido por penales.

Óscar Cardozo había tenido el privilegio de anotar el último penal, tal vez el gol más importante de la historia de Paraguay. Los dirigidos por "Tata" Martino lograban romper con el maleficio de octavos, donde ya se había quedado su equipo en tres oportunidades.

El rival era España, que venía bajo la lupa con las dudas sobre si su estilo de juego era adecuado para ganar un Mundial. El técnico de Paraguay entendió perfectamente el partido y puso a la "Roja" contra las cuerdas.

A mediados del segundo tiempo, los sudamericanos tuvieron la oportunidad de oro de dar el "batacazo". Gerard Piqué cometió una falta clara a "Tacuara" Cardozo y el árbitro cobró penal. El delantero asumió la responsabilidad, pero el tiro fue bien atajado por Iker Casillas.

Tras estar tan cerca de tocar el cielo con las manos, la selección paraguaya se vio afectada psicológicamente. El penal era una oportunidad clara de darle un golpe de knockout a una selección que no parecía tan fuerte como para dar vuelta un partido.

En el contragolpe, Villa regateó en el área y la jugada terminó en penal a favor de España. A pesar de que Xabi Alonso anotó en su primera oportunidad, el juez decidió anularlo por invasión de los jugadores españoles y en esta ocasión Alonso falló.

Esto no afectó a los de Del Bosque que siguieron buscando el gol. Entonces, gracias a un rebote en el palo, Villa quedó en posición favorable y aprovechó para sentenciar la victoria. De esta manera los europeos se metieron entre los mejores cuatro, y ya nada los podría detener para obtener su primera Copa del Mundo.

Las lágrimas de "Tacuara" luego de terminado el partido fueron una muestra de los sinsabores que deja el fútbol. Una selección que dio todo pero quedó en la puerta de la gloria, del lado de afuera. Ningún paraguayo se conformó con saber que habían hecho historia. 

Casi cuatro años después, tras no haber clasificado a Brasil 2014, el paraguayo Óscar Cardozo tuvo otra oportunidad de anotar un penal importante. Esta vez era para su club, Benfica, que precisaba seguir con vida en la definición por penales de la final de la Europa League. El tiro fue nuevamente contenido por el golero, y aunque la maldición de Bela Guttman sobrevolaba el estadio de Juventus, rápidamente muchos recordaron el penal errado en Sudáfrica.

Una nueva noche triste para un muy buen delantero, que este año ni siquiera tendrá revancha en algún estadio de Brasil.

El penal errado por "Tacuara"