
Faltan 16 días
Hoy, en la cuenta regresiva para el Mundial, recordamos la silbatina a Maradona en la final de Italia 90.

Foto: mundialdefondo.com
El destino es como un zorro. En las semifinales del Mundial de 1990, enfrentó a la Argentina de Maradona, en ese momento el mejor jugador del fútbol italiano, contra Italia, y todavía en el estadio San Paolo de Napoli.
En medio de un clima especial, que tuvo la particularidad de que a Maradona se lo acobijó y trató tan bien como a ningún otro visitante, Argentina eliminó a Italia.
El partido tuvo cosas épicas: necesitó llegar a los penales para definirse, donde apareció la figura del arquero argentino Sergio Goycochea.
Con el camino allanado, el equipo dirigido por Bilardo pasó a jugar la final contra Alemania, en busca del bicampeonato. Maradona llegó a esa final con alguna limitación física en su tobillo, que había sido demasiado exigido demasiado, pero nada iba frenar al "Pelusa " de estar en ese encuentro.
Al ingresar al estadio de Roma, el ambiente distaba mucho de parcerse al de Napoli. La silbatina fue total. El público italiano no le perdonaba a Maradona ser el líder de la selección que los había eliminado, y además uno de los principales responsables de que se cortara la hegemonía de los equipos poderosos en el fútbol local.
Pero Maradona no se calló. Sintió la silbatina dirigida a él y retrucó insultando al público mientras sonaba el himno. El partido lo ganó Alemania gracias a un penal dudoso sobre el final del partido, pero los gritos del argentino nunca se olvidaron.
En medio de un clima especial, que tuvo la particularidad de que a Maradona se lo acobijó y trató tan bien como a ningún otro visitante, Argentina eliminó a Italia.
El partido tuvo cosas épicas: necesitó llegar a los penales para definirse, donde apareció la figura del arquero argentino Sergio Goycochea.
Con el camino allanado, el equipo dirigido por Bilardo pasó a jugar la final contra Alemania, en busca del bicampeonato. Maradona llegó a esa final con alguna limitación física en su tobillo, que había sido demasiado exigido demasiado, pero nada iba frenar al "Pelusa " de estar en ese encuentro.
Al ingresar al estadio de Roma, el ambiente distaba mucho de parcerse al de Napoli. La silbatina fue total. El público italiano no le perdonaba a Maradona ser el líder de la selección que los había eliminado, y además uno de los principales responsables de que se cortara la hegemonía de los equipos poderosos en el fútbol local.
Pero Maradona no se calló. Sintió la silbatina dirigida a él y retrucó insultando al público mientras sonaba el himno. El partido lo ganó Alemania gracias a un penal dudoso sobre el final del partido, pero los gritos del argentino nunca se olvidaron.