Dirigidos por el nacionalizado uruguayo, Juan Hohberg , la selección celeste llegó a México 70 con la intención de colarse en los primeros puestos. El rendimiento de los celestes en esta competencia había venido en bajada, y en sus dos últimas participaciones no había logrado quedar entre los mejores cuatro.

Fiel a su historia, no le sobró nada para pasar la primera fase. Una victoria con Israel, un empate con Italia y una derrota con Suecia, serían los resultados obtenidos por los charrúas en sus primeros tres partidos. A pesar que el gol de la victoria de los escandinavos llegó sobre la hora, los uruguayos sabían que de recibir otro, quedaban eliminados por diferencia de goles. Por suerte eso no sucedió

En plena Guerra Fría, el rival de cuartos de final fue nada menos que la URSS, uno de sus mayores protagonistas. El partido fue jugado en el Azteca con un calor sofocante que impidió que ninguno de los dos equipos sacara ventajas durante los primeros noventa minutos. Hubo que jugar un alargue.

Parecía que todo estaba servido para que el partido fuera a penales, pero Luis Cubilla peleó una pelota sobre la línea final y tiró un centro para Víctor Espárrago que cabeceó la pelota, anotando el gol de la victoria.

La jugada fue polémica, ya que muchos afirman que la pelota salió de la cancha, con lo que hubiera sido saque de arco o incluso córner. Rápidamente surguieron teorías conspirativas que apuntaban al deseo de FIFA de eliminar a la URSS, ya que había sido perjudicada en otras ocasiones. Uruguay pasó a las semifinales, donde cayó frente a Brasil, para terminar logrando la cuarta posición al caer ante Alemania en la lucha por el tercer puesto.

Lo increíble es que 44 años después de aquel gol de Espárrago, los uruguayos no han logrado vencer a un europeo en una competencia mundial. En Sudáfrica se estuvo muy cerca, pero no se logró. A días del Mundial de Brasil nos toca enfrentar a dos europeos en la fase de grupos, ¿será momento de romper la racha?.