"No soy un traidor"

En mano a mano con PDA, Pablo Cuevas se defendió de las críticas y fue duro con la realidad uruguaya: "El tenis profesional molesta".

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Pablo Cuevas está en nuestro país para jugar el Uruguay Open (del 14 al 22 de noviembre), donde cerrará su temproada 2015 y defenderá el título conseguido el año pasado.

El salteño, actual 40° del ranking ATP, recibió a PDA para un mano a mano sin desperdicio donde hizo un balance de su año, sus aspiraciones de llegar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y el descenso de Uruguay en la Copa Davis.

Se acercan los Juegos Olímpicos de Río 2016 y te podés sacar esa espina que quedó de Londres 2012, ¿cómo lo vivís?

Me había quedado con las ganas en los Juegos anteriores y por momentos lo sufrí. Previo a Londres, en un edificio enfrente a mi casa habían puesto un banner enorme de ellos y lo miraba y era duro. Fue una de las cosas que más me dolió haberme perdido a causa de la lesión que sufrí.

Ahora vengo encaminado y tengo que mantenerme dentro de los 60 del ranking aproximadamente hasta seis semanas antes. Es algo que me encantaría vivir, por la experiencia de compartir con todos los deportistas uruguayos y vivir esa fiesta del deporte.

Cuando ves tu ranking actual ¿tenés en la cabeza la idea de hacer lo necesario para mantenerse y estar en los Juegos?

Hay mil motivos para tratar de mantener el ranking y este es uno de ellos que lo tengo muy presente. Además la expectativa va en crecimiento, entre los jugadores ya se comienza a hablar del tema y todos quieren estar. Además es un torneo que se da cada cuatro años, por lo cual hay que aprovechar esta oportunidad porque en futuro nunca sabés qué puede pasar. 

¿Cómo evaluás tu actuación en el 2015?

Fue un año irregular, en algún momento del año entré en un bajón, sobre todo en la gira previa al US Open. Antes de empezar la temporada me puse el objetivo de meterme top 20, empecé muy bien, ganando en San Pablo en febrero que me llevó a ubicarme 21 en el ranking con todo el año por delante, pero lamentablemente no logré mi objetivo.

No catalogo el 2016 como malo, sino que fue un año correcto, diferente, y en el que estuve obligado a jugar en todos los torneos grandes y eso te presiona a jugar bien, sin margen de error y por ahí me quedé con ganas de tener algunos mejores partidos para terminar más arriba. Quizás queda pendiente esto para lo que viene.

¿Y en cuanto a tu juego?

Lo que más hice este año fue mejorar. Armé un calendario exigente en cuanto a semanas, con el objetivo de crecer. A veces lo que uno aprende no se ve reflejado enseguida en los torneos, pero va quedando.

Jugué bastante sobre pasto antes de Wimbledon, creo que me sirvió y, si bien quizás no lo pude poner en práctica en el momento, el año que viene me va a ayudar a no tener que hacer un calendario más largo y saber desde el vamos qué  ir a buscar en los torneos de césped. Lo mismo para la gira previo al US Open. Todo ese aprendizaje me va a ser útil para capitalizarlo en beneficio.



¿Cómo viviste la polémica del descenso de Uruguay al Grupo II de la Zona Americana de la Davis?

Paso algo particular con la fecha en que se puso la serie con Barbados. La ITF apuesta a que los mejores tenistas de cada país estén presentes, pero fijó una fecha que a cualquier equipo del Grupo I americano, a excepción de Barbados, obligaba sus mejores exponentes a tener que renunciar. La AUT protestó y la ITF reconoció su error pero no cambio la fecha y se dio esa particularidad.

Obviamente soy de los que más le duele, porque fui parte del equipo que subió a Uruguay hace algún tiempo atrás al Grupo II primero, luego al I y allí nos mantuvimos varios años. En lo personal siempre traté de estar, con lesión o sin ella, pero cada vez se hace más difícil por lo exigente del calendario.

No pretendo que todos entiendan ni vean las cosas como yo, así como unos te critican, otros ven bien mi accionar y es normal. Lo que sí es cierto que en cada torneo que participo, cada vez que se mira el ranking, está la bandera de Uruguay flameando y eso significa que siempre estoy representando a nuestro país y lo hago con orgullo.

Quiero estar en la Copa Davis siempre y trato de hacerlo en cada serie, pero no es lo único en que represento al país. No soy un traidor por no venir a un enfrentamiento puntual, porque siento que representó al país todo el año.

¿Por qué no se da un recambio de jugadores sostenido y el salto entre los dos mejores y el resto es tan acentuado?

Es una realidad que no hay recambio, de que no vienen chicos atrás y no es por una sola causa, sino que son varios los motivos. Tanto los Asociación, como los clubes, entrenadores, los padres de los chicos  y hasta la cultura uruguaya son parte de ello.

Por ejemplo en este último punto a los socios de las instituciones muchas veces les molesta cuando vas a entrenar en el horario que están ellos, o si llegás al gimnasio un poco traspirado o con polvo de ladrillo. El tenis profesional le molesta a los socios de los clubes y por ende las directivas hacen lo necesario para defenderlos.

En Argentina, al otro lado de la orilla, es totalmente diferente. Si alguien tiene la cancha y va un profesional, con gusto la ceden y hasta muchas veces se quedan mirando cómo te movés para intentar aprender de algo.

Acá los profesores quieren cobrar sus ocho horas diarias y se van, no se embarcan con un jugador y lo acompañan, lo cual no esta mal, pero debe haber un poco de lo otro. No hay tampoco apoyo de empresas privadas, o son exiguos, estamos lento en el desarrollo de los programas, etcétera.

Tu hermano Martín dijo luego del descenso que esperaba se cambiaran cosas en la AUT. ¿Cuál es tu posición?

Se pueden hacer cosas mejores, desde todos los ámbitos. Creo que la culpa es de todos. La Asociación por ser la institución que nos representa puede ser que tenga mayor responsabilidad, pero es algo compartido. La AUT quizás deba dar el puntapié, pero si no tiene el apoyo tanto de privados como estatales se vuelve todo cuesta arriba.

No solo hay que hacer un plan de desarrollo, sino hay que poner personas capacitadas al frente del mismo, porque veo muchas colonias de vacaciones, que no está mal y tienen que ver, pero también tiene que haber de lo otro, apoyar la llegada al profesionalismo.

Faltan cosas por un montón de lados para cambiar y crecer y eso lleva tiempo y un trabajo planificado. Sino seguirán habiendo flores silvestres como pudieron ser Diego Pérez, Marcelo Filippini o yo.