
La que le faltaba
El recientemente fallecido Alfredo Di Stéfano consiguió su primer título mundial enfrentando a Peñarol. Recordamos esa historia.

Foto: defensacentral.com
La Copa de Europa (luego llamada Champions League) nació en 1955. En las primeras cinco ediciones, ningún equipo logró quitarle el título a Real Madrid. Los "merengues" salieron campeones ininterrumpidamente hasta 1960.
Dirigidos por el español Miguel Muñoz, Real Madrid gozaba de las principales figuras del fútbol mundial. El ataque lo lideraba el argentino Alfredo Di Stéfano, acompañado por el húngaro Ferenc Puskás y Francisco Gento. En defensa se destacaba el uruguayo José Santamaría.
Viendo la fama que tenía el torneo continental, el presidente de la UEFA solicitó al presidente de la Conmebol la instauración de un torneo similar en Sudamérica, y de esa manera poder enfrentar a ambos campeones por el título mundial.
En 1960 comenzó la Libertadores y, con ella, la Copa Intercontinental. Real Madrid venía de levantar su quinto título de Europa y estaba en su mejor momento. Por el otro lado llegaba Peñarol, que sin mucha experiencia internacional había logrado ser campeón de América, contando con grandes figuras como Luis Cubilla o Alberto Spencer.
El primer partido se disputó en el Estadio Centenario bajo una lluvia torrencial que amenazó con la normalidad del espectaculo. Sin embargo ese día se vendieron 71 .872 entradas, récord histórico en Uruguay.
El partido terminó en empate 0 - 0, con una destacada actuación del golero madridista, el argentino Rogelio Domínguez, que amargó las intenciones carboneras de ir a España con ventaja.
Dos meses después, en el Santiago Bernabéu, se volvieron a ver las caras. En menos de diez minutos, Real Madrid ya ganaba 3 - 0 con dos goles de Puskás y uno de Di Stéfano. Sobre el final del primer tiempo Jesús Herrera anotó el cuatro gol del encuentro, que ya estaba completamente liqudado.
En el segundo tiempo Gento hizo el quinto gol, y Spencer descontó para Peñarol. Con el Bernabéu a tope, el público festejaba su primer título mundial, consagración definitiva para un grupo de jugadores que había hecho historia en Europa.
Peñarol pagaba la inexperiencia internacional, aunque el tiempo le dio su revancha ya que seis años después se volvieron a ver las caras, y el equipo uruguayo fue el ganador.
Dirigidos por el español Miguel Muñoz, Real Madrid gozaba de las principales figuras del fútbol mundial. El ataque lo lideraba el argentino Alfredo Di Stéfano, acompañado por el húngaro Ferenc Puskás y Francisco Gento. En defensa se destacaba el uruguayo José Santamaría.
Viendo la fama que tenía el torneo continental, el presidente de la UEFA solicitó al presidente de la Conmebol la instauración de un torneo similar en Sudamérica, y de esa manera poder enfrentar a ambos campeones por el título mundial.
En 1960 comenzó la Libertadores y, con ella, la Copa Intercontinental. Real Madrid venía de levantar su quinto título de Europa y estaba en su mejor momento. Por el otro lado llegaba Peñarol, que sin mucha experiencia internacional había logrado ser campeón de América, contando con grandes figuras como Luis Cubilla o Alberto Spencer.
El primer partido se disputó en el Estadio Centenario bajo una lluvia torrencial que amenazó con la normalidad del espectaculo. Sin embargo ese día se vendieron 71 .872 entradas, récord histórico en Uruguay.
El partido terminó en empate 0 - 0, con una destacada actuación del golero madridista, el argentino Rogelio Domínguez, que amargó las intenciones carboneras de ir a España con ventaja.
Dos meses después, en el Santiago Bernabéu, se volvieron a ver las caras. En menos de diez minutos, Real Madrid ya ganaba 3 - 0 con dos goles de Puskás y uno de Di Stéfano. Sobre el final del primer tiempo Jesús Herrera anotó el cuatro gol del encuentro, que ya estaba completamente liqudado.
En el segundo tiempo Gento hizo el quinto gol, y Spencer descontó para Peñarol. Con el Bernabéu a tope, el público festejaba su primer título mundial, consagración definitiva para un grupo de jugadores que había hecho historia en Europa.
Peñarol pagaba la inexperiencia internacional, aunque el tiempo le dio su revancha ya que seis años después se volvieron a ver las caras, y el equipo uruguayo fue el ganador.