No te veo por la neblina

Mientras todos estábamos pendientes de los "gordos de la FIFA" (diría Yanuzzi), se jugó la primera final por el tercer ascenso.

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Foto: elbravorampla.blogspot.com

El pasado sábado, mientras el nuevo (y viejo) uruguayo, preparaba la picada para ver a la celeste o miraba algún móvil de color de las eternas previas de los partidos mundialistas de algún canal privado, Villa Teresa y Rampla disputaron la primera final por el tercer ascenso a Primera División.

El resultado fue un empate 0 - 0. Bien podríamos decir que "las defensas superaron a los ataques", como haría el popular Enrique (citado en la introducción de esta crónica), pero nos pagan por caracteres y hay que darle de comer a Dalma y Giannina.

El encuentro se disputó en el Parque Viera (ver foto y no confundir con cualquier field londinense) y debió ser atrasado una hora para que la intensa niebla permitiera disputarlo normalmente.

Yendo al encuentro en cuestión, fue Villa Teresa quien comenzó de mejor forma. Los capitaneados por Walt Báez comenzaron realizando una presión alta en el campo que complicaba la salida de la pelota del elenco rojiverde y buscando por la izquierda de su ataque.

Es así que tuvieron alguna chance, hasta hubo una jugada donde los de Vito Beato pidieron penal enérgicamente, pero Pablo Giménez -el colegiado de turno- desestimó. Minutos más tarde una pifia un mediocampista picapiedra puso de cara al gol a Joel Burgueño, pero el golero rojiverde salió rápidamente del área para cortar el balón.


Rampla buscaba, principalmente, por arriba y mediante pelotas quietas, sin mayor éxito. Más aún cuando, luego de media hora de juego, Gonzalo “Turbo” Vargas debió abandonar el campo por una lesión. El ex Defensor era el mejor exponente del ataque de los de la Villa.

El primer tiempo se fue con la sensación que los albirrojos fueron ligeramente superiores en el trámite.

Para la segunda parte, el partido cambió. Fueron los dirigidos por Marcelo Saralegui quienes asumieron el protagonismo, pero con escasa profundidad. El Picapiedra buscaba con centros al área pero sin mayor éxito dada la escasa estatura de sus puntas (extrañaron la presencia de su goleador Sebastián Gularte, quien estaba suspendido por acumular 5 tarjetas amarillas). El Villa, esperaba y contragolpeaba.

Más allá del dominio, Rampla solo consiguió tener alguna chance surgida de un rebote en un corner que Paul Dzeruvs definió desde dentro del área sin acertar al arco. También existió una incidencia donde fueron los rojiverdes quienes pidieron penal, por una presunta mano de un defensor de Villa Teresa, que el juez de turno optó por no tomar en cuenta.

Los últimos minutos encontraron al elenco albirrojo un poco más disminuido físicamente, replegado en el campo y al elenco picapiedra con la posesión del balón pero sin ideas.

En esos términos fue que se fue la primera final con un justo empate a cero.

Los mismos rivales se verán las caras el próximo domingo 6 de julio a las 14:10, en el mismo escenario, para disputar la segunda y definitiva final. De persistir el empate se jugará un alargue y de ser necesario penales, como el reglamento de esa noble institución que hoy todos tanto queremos (FIFA) indica.