
Faltan 2 días
Hoy, en la cuenta regresiva para el Mundial, recordamos la mano de Suárez contra Ghana. ¡Cómo olvidarla!

Foto: thetimes.co.uk
2 de julio de 2010. Uruguay enfrentaba a Ghana con la intención de romper una racha de 40 años sin llegar a la semifinales de un Mundial. El partido fue trabado y, tras empezar perdiendo, los dirigidos por Tabárez lograron empatar y forzaron el alargue.
En el primer tiempo suplementario, ninguno de los dos equipos pudo quebrar la igualdad, y muchos comenzaron a especular con que el partido seguramente se definiría por penales.
Rindiéndose ante el cansancio, la Celeste relegó metros en la cancha y, a pesar que no existía el gol de oro, sabía que recibir un gol en esos momentos equivalía a perder el partido. Esto permitió a los africanos acercarse al arco de Fernando Muslera y hacer pasar momentos complicados a Uruguay.
La última jugada fue para los ghaneses, e hizo poner de pelos de punta, no solo a Uruguay y Ghana, sino a todo el mundo. Un entrevero en el área, que tuvo de todo, terminó con un cabezazo franco de un africano ante un arco que no tenía golero.
¿Fue el fin de Uruguay en el Mundial? No. Cuando todo estaba perdido, aparecieron las figuras de Jorge Fucile (es digno mencionarlo también) y Luis Suárez para buscar quitar la pelota con la mano. A pesar de los esfuerzos del lateral, fue el salteño quien evitó el gol atentando contra el reglamento, por lo cual fue expulsado.
Lo que pasó después fue vital para el fin de la historia, ya que si Asamoah Gyan anotaba el penal, el continente africano hubiera tenido por primera vez un semifinalista de un Mundial y pocos se acordarían de Suárez.
Uno puede reconocer que puede ser moralmente injusto lo que le sucedió a Ghana, pero la realidad es que lo acontecido en el partido fue todo de acuerdo a lo establecido por el reglamento. Suárez cometió una falta, se cobró penal y el delantero fue expulsado.
Con el penal errado por Gyan, la imagen del delantero uruguayo festejando el fallo de su rival, mientras salía de la cancha, quedó en las retinas de todos.
En los penales, Gyan anotó el primer penal, pero Muslera atajó otros dos y al final, con la famosa picadita del "Loco" Abreu, Uruguay pasó a semifinales.
3 de julio de 2010. Con resaca por los festejos en todo el país, los uruguayos nos levantábamos felices de estar, luego de 40 años, en una semifinal de un Mundial.
El mundo entero, por su parte, se levantaba a criticar al delantero uruguayo. Cuatro años después el delantero sigue cargando esa cruz.
En el primer tiempo suplementario, ninguno de los dos equipos pudo quebrar la igualdad, y muchos comenzaron a especular con que el partido seguramente se definiría por penales.
Rindiéndose ante el cansancio, la Celeste relegó metros en la cancha y, a pesar que no existía el gol de oro, sabía que recibir un gol en esos momentos equivalía a perder el partido. Esto permitió a los africanos acercarse al arco de Fernando Muslera y hacer pasar momentos complicados a Uruguay.
La última jugada fue para los ghaneses, e hizo poner de pelos de punta, no solo a Uruguay y Ghana, sino a todo el mundo. Un entrevero en el área, que tuvo de todo, terminó con un cabezazo franco de un africano ante un arco que no tenía golero.
¿Fue el fin de Uruguay en el Mundial? No. Cuando todo estaba perdido, aparecieron las figuras de Jorge Fucile (es digno mencionarlo también) y Luis Suárez para buscar quitar la pelota con la mano. A pesar de los esfuerzos del lateral, fue el salteño quien evitó el gol atentando contra el reglamento, por lo cual fue expulsado.
Lo que pasó después fue vital para el fin de la historia, ya que si Asamoah Gyan anotaba el penal, el continente africano hubiera tenido por primera vez un semifinalista de un Mundial y pocos se acordarían de Suárez.
Uno puede reconocer que puede ser moralmente injusto lo que le sucedió a Ghana, pero la realidad es que lo acontecido en el partido fue todo de acuerdo a lo establecido por el reglamento. Suárez cometió una falta, se cobró penal y el delantero fue expulsado.
Con el penal errado por Gyan, la imagen del delantero uruguayo festejando el fallo de su rival, mientras salía de la cancha, quedó en las retinas de todos.
En los penales, Gyan anotó el primer penal, pero Muslera atajó otros dos y al final, con la famosa picadita del "Loco" Abreu, Uruguay pasó a semifinales.
3 de julio de 2010. Con resaca por los festejos en todo el país, los uruguayos nos levantábamos felices de estar, luego de 40 años, en una semifinal de un Mundial.
El mundo entero, por su parte, se levantaba a criticar al delantero uruguayo. Cuatro años después el delantero sigue cargando esa cruz.