“Los finales felices solo existen en los cuentos de hadas” dice una vieja premisa. Aunque parece que últimamente algunos deportistas se han encargado de llevarla a la realidad.

Primero fue aquel corredor brasilero que perdió la carrera en el último metro por empezar a festejar, y ahora aparece Kosuke Hashino, un jugador de rugby japonés que se mandó una de antología.

Japón derrotaba a Italia 26-5 y en la última jugada del partido Hashino robó una pelota y quiso cerrarlo con un try de ensueño, como para encuadrar. Entonces pensó: “Listo, meto tremendo salto volador, capto todos los flashes y la mato”.

Y lo hizo. Así de simple. Corrió y al llegar al ingoal rival voló. Pero no todo fue color de rosas. El muy bolas triste soltó la pelota y rompió toda la magia del momento. Su carita de desilusión es excelente.

Acá lo tenés: