Demasiado tarde

Nacional perdió con Bohemios y quedó relegado a disputar el próximo campeonato Metropolitano.

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No era el final esperado. Nacional que se había armado con grandes aspiraciones, caía en el partido desempate frente a Bohemios y renunciaba a participar en la próxima Liga uruguaya. El trámite había comenzado favorable para el equipo albimarrón que desplegando buen básquetbol lastimaba en todos los rubros a un tricolor que había arrancado dormido el partido. 
 
Promediando el segundo cuarto hubo un comienzo de intento de reacción con Diego Pereyra como abanderando, que finalizó a comienzos del tercer cuarto poniendo a Nacional por primera vez en el partido arriba en el marcador. 
 
Cuando estaba todo dado para que los dirigidos por Caneiro sacaran una renta que le permitiera llevar el partido con otra tranquilidad, regresaron las lagunas que acompañaron a los tricolores durante toda la Liga. Eso permitió a Bohemios respirar un poco en su peor momento, y volver al juego que había hecho en el primer tiempo, el cual le había dado tantos réditos. Nacional no le encontró la vuelta para defender a un Curtis imparable, y desfilaron ambos extranjeros con cinco faltas. 
 
A pesar de todas las vicisitudes los tricolores nunca se rindieron, y dieron todo hasta el final generado cierta ilusión de que apareciera el milagro que nunca llegó. La pregunta que resonó en la cancha de Aguada al terminar el partido ¿fue justo el descenso de Nacional? 
 
Lo primero que hay que aclarar es que Nacional perdió bien el partido de desempate, y por mas que obviamente se llegó a cancha de Aguada dependiendo de si mismo no fue en la noche del lunes el punto de bisagra para que se diera el descenso. 
 
Es que si hay algo que reprocharle al equipo tricolor, el cual no tuvo una buena Liga, fue el no haber podido llegar a los partidos definitorios en un pico de rendimiento que le permitiera competir de la mejor manera.  Mientras equipos como Sayago o Bohemios, equipos que parecían muy complicados, lograron con rachas de victorias sobre el final del Reclasificatorio su permanencia en Liga Uruguaya. Nacional, dependiendo de si mismo cayó en dos partidos de local ante estos mismos rivales, y quedó por debajo de ellos. 
 
Las razones de ese bajón son varias. Sumada a la escasa regularidad de la mayoría de sus fichas, la lesión de D'angelo Riley -una más de una serie increíble de problemas físicos que tuvo el plantel- hizo mucha mella en el plantel. El extranjero que venía siendo la figura indiscutida del equipo, se perdió varios partidos entre ellos la derrota de Nacional contra Unión en Malvín, y a pesar de que Alex Carcamo rindió aceptable tomando en cuenta las circunstancias, creo que el equipo sintió el cambio. 
 
Tampoco  el regreso de Riley fue el esperado, muy lejos físicamente y con una merma en la confianza notable, el rendimiento en los últimos partidos del extranjero de Nacional fue por debajo de lo acostumbrado. Sumado a situaciones extradeportivas con sus compañeros, lo cual llevó a que se pensara en un posible recambio. Obviamente estas no son las mejores condiciones para definir un torneo, en el cual todos los equipos crecen en juego y vos estás estancado.
 
El nivel de Riley no es la única explicación al bajo nivel mostrado por Nacional en los últimos partidos. La mayoría de los jugadores nacionales no rindieron en adecuado nivel en momentos calientes, destacándose favorablemente los últimos partidos de un Diego Pereyra que con errores demostró mucha rebeldía y cuando la pelota quemaba se puso el equipo al hombro. 
 
Teniendo en cuenta estas circunstancias obviamente que el descenso es justo, pero no deja de doler ver la tabla de posiciones donde Nacional supera en victorias a cinco equipos (entre ellos dos que se fueron al descenso).  El reglamento del campeonato no nos favoreció, pero también duelen los puntos quitados en la Federación, que no solo influyeron en la tabla sino en lo espiritual. Hay que ser justos, tiempo para reaccionar hubo. 
 
También nobleza obliga recordar que el año pasado no merecíamos quedarnos y la quita de puntos de otros equipos nos salvó la cabeza. Hoy ya es demasiado tarde para llorar...