Sean unidos II

Seguimos repasando carreras de hermanos. Ahora la de los Barros Schelotto, recientes campeones de la Copa Sudamericana.

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Foto: diariouno.com.ar

Como no podía ser de otra manera los hijos mellizos, Guillermo y Gustavo, de Hugo Barros Schelotto, médico del club y presidente, se criaron en la Plata sin otro amor que Gimnasia y Esgrima. Con 12 años ingresaron a las formativas del club, donde seis años después, de la mano de Gregorio Pérez, lograron debutar profesionalmente.

Dos años después conquistaron su máximo logro con el "Lobo", logrando la Copa Centenario, celebrada por los 100 años de la AFA al estilo de las copas nacionales europeas. Guillermo fue el autor del único gol de la final frente a River Plate.

A pesar del título histórico para el club, los años posteriores estuvieron cargados de muchas frustraciones, ya que perdieron dos títulos en la última fecha. En la primera oportunidad llegaron a la última fecha del Clausura 95 solos en la punta, seguidos solamente por San Lorenzo que tenía dos puntos menos. Gimnasia cayó frente a Independiente, mientras que el "Ciclón" venció por 1 - 0 a Rosario, coronándose campeón.

Un año después, llegaron a la última fecha del Clausura 96 por detrás de Vélez que tenía un punto menos. Ambos equipos empataron y el título fue para los de Liniers. El empate producido en la última fecha fue contra Estudiantes, y así el clásico rival le quitaba la chance de ser campeón.

Debido a las buenas actuaciones a nivel nacional, ambos hermanos fueron ofrecidos a River a finales del 96, pero se dice que Enzo Francescoli les bajó el pulgar. Hay que recordar que ambos hermanos tenían una personalidad especial, siendo muy temperamentales lo que producía fuertes cruces con los rivales y una fuerte impopularidad en el medio. Eso tal vez interesó a Maradona, que jugando su última temporada en el club, recomendó el fichaje de los hermanos.

Luego de haber disputado más de 100 partidos cada uno en Gimnasia, arrivaron a Boca que era dirigido en esos momentos por el polémico “Bambino” Vieira. Los primeros meses en el equipo bostero fueron complicados. Guillermo era relegado por Caniggia mientras que Gustavo tampoco lograba asentarse en el equipo titular.

Durante el entretiempo de un partido de verano ante Racing, se dio el quiebre en la carrera de Gustavo. Habiendo logrado jugar los primeros 45 minutos, llegó al vestuario y se le comunicó que no entraría en la segunda mitad del partido. En su lugar ingresaba el "Chicho" Serna. Esto provocó el enojo de Gustavo que insultó al técnico de Boca, echándole en cara también sus problemas con la justicia.

Horas después, jugadores buscaron que Gustavo pidiera perdón al técnico, cosa que jamás ocurrió. Para evitar más problemas se decidió que fuera a préstamo por seis meses a Unión de Santa Fe. Con el alejamiento de Viera y la llegada de Bianchi, regresó al club, donde en los dos años posteriores no fue más que un suplente de lujo que jamás pudo destacarse.

Luego de dos años en Boca en los que fue partícipe de tres títulos locales, una Copa Libertadores y una Intercontinental, emigró junto a Martín Palermo a Villarreal. En el equipo español jugó solamente cinco partidos, y volvió a Racing donde habiendo jugado solamente 30 partidos hizo historia al formar parte del famoso equipo de Merlo que rompió la racha de 35 años sin títulos locales.

Tras su pasaje por la Academia, se mudó a Rosario por dos años para defender a Central. En el equipo rosarino tuvo su último gran momento de la carrera, jugando 41 partidos en dos años y anotando cuatro goles. Volvió a Gimnasia en 2004, para terminar su carrera jugando en el exterior defendiendo primero a Alianza Lima y luego a Puerto Rico Islanders en 2007.

La historia para Guillermo fue distinta y se volvería titular indiscutido formando dupla con Martín Palermo, ex jugador de Estudiantes que había llegado al club junto a los mellizos. Con distintas participaciones, pero siempre con el amor incondicional del público bostero, jugó para Boca hasta 2007. Se convirtió, luego de 300 partidos y 86 goles, en el jugador con más títulos en Boca al igual que Battaglia. Ambos acumulan 16 copas.

Después de jugar con gran suceso cuatro años en Estados Unidos, decidió regresar a su país para defender por seis meses al equipo de sus amores, el "Lobo" de la Plata. No logró salvarlo del decenso, y tras consumarse el mismo decidió retirarse como jugador.

En el 2012 debutó en conjunto a su hermano como entrenador en el equipo de Lanús. Gustavo había tenido alguna experiencia junto a Gregorio Pérez, entrenador que le dio la primera oportunidad como jugador primero y luego como técnico en Olimpia, Libertad y Peñarol.

Tras un año dirigiendo al equipo del sur de Buenos Aires, lograron el segundo título internacional del club al ganar la Copa Sudamericana y pelearon hasta el final ambos títulos locales.

Propaganda filmada por los dos hermanos: