Por buen pibe

Una desgracia con suerte... y con desgracia.

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¿Viste cuando decís: “Estoy meado por un dinosaurio”?  Bueno, algo así dijo este muchacho, pero lo multiplicó por 500.

Para empezar, tuvo una suerte tremenda, pero como buen desgraciado desaprovechó la oportunidad al toque. Resulta que se le tiró a barrer a su rival en una falta que perfectamente pudo haber sido para expulsión.

El juez solo le sacó tarjeta amarilla, entonces él echó mano a su desgracia y decidió parar la pelota, que se seguramente un alcanza pelotas arrimó a la escena, para reponer el juego.

Cuando le puso el pie, el balón salió disparado juuuuuusto a la cara de un rival. El referee lo vio medio de cotelete y pensó que se lo había tirado de gusto, por lo tanto: “Venga para acá, esto es para usted”. Segunda amarilla y a llorar al cuartito, como buen desgraciado.

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